EL NAHUAL DEL DÍA

Orden y equilibrio

Piensa en la majestuosidad de un bosque, donde cada elemento, desde el más humilde arbusto hasta el árbol más imponente, juega un papel vital en el equilibrio del todo. Este bosque es un reflejo del orden universal, un espejo de cómo cada aspecto de tu vida puede prosperar siguiendo una pauta de relación armoniosa con los diversos factores que conforman tu realidad.

Al igual que en este bosque, tu vida participa en un entramado de interacciones complejas pero coherentes. Todo obedece a un orden y equilibrio de fondo. Tus experiencias —sean de éxito o fracaso— forman parte de un proceso organizado y finamente ajustado que te hace prosperar saludablemente.

Considera los desafíos que enfrentas: una dolencia, una ruptura amorosa, o la pérdida de un trabajo. Aunque dolorosos, son como hojas caídas que nutren un nuevo ciclo, reorganizando y armonizando tu vida para florecer de nuevo. Tu existencia, por más turbulenta que parezca, tiende siempre a un equilibrio que no solo alivia el malestar, sino que impulsa el crecimiento hacia mayores niveles de plenitud.

Todo padecimiento se hace más intenso al ignorar nuestra posición y función real en el mundo, persiguiendo un modelo de vida artificial y nocivo. Esta situación es colectiva, y aún siendo parte del orden evolutivo de la humanidad, es motivo de gran desesperanza. Durante milenios nos hemos comportado como árboles que desgarran sus raíces, alejándose del bosque que le da fortaleza y propósito. Para terminar con este sinsentido debes recordar que eres parte de un orden natural organizado y armónico.

Como manifestación de lo divino eres un ser humano con un potencial inmenso, destinado a elevarse hacia lo sublime, al igual que todo lo que emerge de la matriz perfecta del espíritu. Debes tomar consciencia de esa realidad profunda y dejar que ponga en su lugar todos los elementos de tu vida. Es así que volverás a ser parte de un cosmos en donde la salud es la norma, y prosperar, un destino inevitable.